Lamentablemente esos audífonos con tan buen sonido y calidad, no trajeron un manual para su uso correcto; ni mucho menos una advertencia sobre los posibles daños asociados al mismo.
Resulta que el mismo día que recibí y estrene mis audífonos recibí también una notificación de alerta de la Organización Mundial de la Salud, que declara el alto riesgo de sordera al que se expone casi la mitad de los adolescentes y adultos jóvenes por el uso excesivo de audio en sus equipos electrónicos, sobretodo smartphones. Aproximadamente un 40 % de los jóvenes se exponen en sus teléfonos a un nivel de ruido similar al que se mide en discotecas y lugares de entretenimiento.
En otro estudio realizado un Estados Unidos se encontró disminución de la audición (cierto grado de sordera) en 1 de cada 5 niños en edad escolar, afectando el aprendizaje, desarrollo social y auto imagen. Los estudiosos comentan que es difícil hoy día encontrar un adolescente que no use audífonos.
En base a esta información la Organización Mundial de la Salud recomienda bajar el volumen de sus equipos electrónicos, y limitar el uso de audífonos a NO MÁS DE UNA HORA al día. Ademas recomienda que niveles de ruido de 100 dB, como el sonido de un secador de cabello (blower) o el ruido de un tren subterráneo o subway, es seguro sí NO se prolonga más de 15 minutos.
Si sigues amando tus audífonos, como yo mis audífonos nuevos, esta bien; pero OJO CON EL OÍDO... Ahora procura entrenar el oído para apreciar la suavidad de un susurro, como la voz de Dios, que te hablara como al profeta Elías, no desde los truenos y ruidos tormentosos, sino en un silbo apacible que nos recuerda que el Creador del oído es amor.
