Hoy quiero relacionar esa afirmación con un hallazgo publicado en la revista Psychiatry Research el mes pasado, que reveló una estrecha correlación entre niveles bajos de vitamina D y depresión. La deficiencia de esta vitamina se asocia a síntomas depresivos y diagnóstico correspondiente.
Es un hecho conocido que la vitamina D puede ser obtenida por exposición a la luz solar, por la acción de los rayos ultravioleta sobre los precursores de dicho nutriente en la piel. Así que podemos inferir que salir a tomar sol, moderada y sabiamente, nos asegura el aporte de vitamina D que necesitamos, no sólo para la salud de nuestros huesos, sino para reducir la incidencia de síntomas depresivos y mantener siempre un ánimo positivo.
En las Escrituras Sagradas el "sol de justicia que en sus alas trae salud" simboliza la persona de Jesús. Exponernos cada día a la acción de sus rayos, en contacto diario con esa Persona divina, nos asegura salud y nos aleja la depresión.
En ambos sentidos vale el consejo: Dosis Diaria De sol, adiós a la Depresión.